Poemas, relatos y cuentos

Pensando en el otro

El mundo parece muy vacío si sólo pensamos,
en montañas, ríos y ciudades…

corazon rosa 9

pero si hay alguien en algún lugar,
que piense en nosotros, y que aún a la distancia,
está cerca en espíritu,
la tierra se convierte entonces
en un jardín habitado.

Johann Wolfgang von Goethe

Hacia dónde miras?

Se tú mismo y dejará de haber desdicha,
competencia y preocupación
porque los demás tengan más que tú.

campo35

Si quieres que la hierba sea más verde,
no hace falta que mires al otro lado de la valla;
puedes conseguir que la hierba sea más verde
de este lado de la valla.
Conseguirlo es muy sencillo.
Pero estás mirando en todas las direcciones
y todos los prados tienen buen aspecto, menos el tuyo.
Osho

Tirar para arriba a los demás…

Una palabra amable y conciliadora es fácil de decir, pero sin embargo, a veces nos cuesta llegar a pronunciarla.

Friends Talking over Coffee

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay otros que luchan muchos años y son mucho mejores. Pero hay quienes luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.

Estas palabras de Bertolt Brecht nos invitan a pensar en lo necesarias que resultan esas personas que todos conocemos y que parece que nunca se cansan, que siempre están ahí, que siempre tiran hacia arriba del ambiente en el que están, que son un catalizador de todo lo positivo de quienes le rodean.

Si nos paramos a pensar, hay bastantes personas que son así, que han hecho natural en sus vidas esa estabilidad emocional y esa madurez que les hace acostumbrarse a tirar hacia arriba de los demás, pasando ellos casi inadvertidos.

Sienten de vez en cuando, como todos, la tentación de dejar de hacer esa discreta y eficaz labor, se sienten a veces hartos de tener que escuchar, animar, mediar, conciliar…

Sin embargo, quienes logran hacer todo eso de modo natural, y pasan a considerar ese esfuerzo como algo ordinario, son las personas que consiguen crear y mantener un ambiente de trabajo, de optimismo, de buen entendimiento entre todos.

Son esos hombres o mujeres cuyo influjo muchas veces no se valora hasta el día en que faltan, y quizá entonces se ve que su papel era fundamental, que el clima positivo que había a su alrededor era fruto de que se habían acostumbrado a pensar en los demás, a no cansarse de ser paño de lágrimas de unos y otros, a decir con cariño y lealtad lo que se debía mejorar, a relajar la tensión que tantas veces se crea por simples nimiedades.

Me recuerda también aquella vieja película de Frank Capra titulada “Qué bello es vivir”, en la que el protagonista está desesperado y a punto de suicidarse, y un simpático ángel le hace ver lo valiosa que ha sido su vida y lo mucho que ha repercutido para el bien de muchísimas personas.

Para demostrárselo, le concede el privilegio de ver lo que hubiese sucedido en la vida de algunas de ellas si él no hubiera existido y por tanto no hubiera podido ayudarlas.

Gracias a eso, recupera la alegría de vivir y comprende todo lo que una existencia normal puede aportar en la vida de tantísima gente.

Todos podemos incorporar a nuestra vida esa actitud. Porque una palabra amable y conciliadora es fácil de decir, pero sin embargo, a veces nos cuesta llegar a pronunciarla.

Nos detiene el cansancio, nos distraen otras preocupaciones, nos frena un sentimiento de frialdad o de indiferencia egoísta.

Pasamos junto a personas a las que conocemos pero apenas las miramos a la cara y no reparamos en que sufren, y en que quizá sufren precisamente porque se sienten ignoradas o poco valoradas por nosotros.

Bastaría una palabra cordial, un gesto afectuoso, e inmediatamente algo se despertaría en ellas: una señal de atención y de cortesía puede ser una ráfaga de aire fresco en lo cerrado de una existencia castigada en ese momento por la tristeza y el desaliento.

Muchas veces lo que impide esa buena actitud es nuestra impaciencia ante los defectos ajenos. Quizá esas personas que tanto nos impacientan tienen objetivamente esos defectos que tanto nos enfadan, pero si centramos ahí demasiado nuestra atención eso generará en nosotros una ansiedad que no ayuda nada, ni a ellas ni a nosotros, y puede acabar en algo parecido a una obsesión.

Además, hay demasiadas veces en que esos defectos no son tales, sino diferentes y legítimos modos de ser.

Si somos demasiado quejosos, quizá debemos ganar en reciedumbre interior y esforzarnos más en ser como esas personas de las que hemos hablado.

Alfonso Aguiló Pastrana
Autor católico.

Frase del día – 17 de enero

El hombre grande es aquel que en medio de las muchedumbres mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de la soledad.
Ralph Emerson

Quieres conocer mi alma?

¿Quieres conocer mi alma?
Es fácil y sencillo.
Sólo mira el universo
y observa las estrellas.
Mi alma es como ese universo:
misterioso y oculto.
Todos los observan pero nadie
puede descifrar su misterio.
Nadie puede ir por él
y llegar a él seria imposible.
Pues así es mi alma.
Gran misterio para aquel
que lo quiere conocer.
Brilla como miles de estrellas
dentro de una oscuridad infinita.
Llegar a él es viajar, usando
nada más que la imaginación.
Y alcanzarlo, es solo cerrar los ojos
Y amar en toda su intensidad.

¿Quieres conocer mi corazón?
Es fácil y sencillo.
Sólo observa el mar
Y te encontraras con él.
Mi corazón es como ese mar:
silencioso y profundo.
Todos lo miran y sueñan con él,
pero llegar a entenderlo
es todo un desafío.

Se mantiene silencioso y calmo,
mientras la tormenta no llegue a él
Y la brisa suave lo acompañe.
Se agita y grita
mientras la tormenta lo abraza,
desafiando su fuerza y su poder.
Mi corazón es como el mar.
Sí, en el silencio de la noche
y en la tranquilidad del día,
su latido es un suspiro.
Nadie lo escucha, ni lo siente.
Pero si por casualidad
el amor le llega y la pasión le devora,
se convierte en fuerza y locura.
Su latido es tormenta naciente
que enloquece a la tranquilidad
y se agita eternamente.

El corazón y el alma

Si quieres la iluminación, tienes que obtenerla del alma,
ella está dentro del corazón.

La gente espiritual sabe que Dios es muy sencillo.
Es en la sencillez, y no en la complejidad,
donde reside la auténtica verdad.

La inspiracion viene del corazón,
porque la iluminación del alma esta siempre ahí.
Cuando meditas en el corazón, no sólo obtienes inspiración,
sino tambien el cumplimiento de esa inspiración:
la paz, la luz y la dicha infinita del alma.

Fuente: www.srichinmoy.org

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