Sueños de Invierno

Sueños de invierno

En el silencio
yace la Voz eterna.

Llena de enigmas
surge la Voz profunda.

Nada de nosotros mismos:
sólo el místico vestigio
y el vuelo que cae roto.

El Hacedor de todo:
...de Luzbel y el Cordero...
Eres, la sempiterna Savia
yo, la imperecedera rama.

Cual increado Manantial
desde el Principio:
el estruendo de tus aguas.

Provienes de la nada:
como un canto en mi espíritu.

No quiero ser
una parábola en llamas.
Antes distante:
de la Bestia en su trono,
de la tierra en su ocaso.

Semejante sí:
al tronar del viento,
al resplandor del Verbo.

Semilla soy
engendrado en esta era
A la espera del Paráclito,
la revelación de mi arcano.

No temo:
al futuro ruido de las aguas,
la conjugación de unos versos

En mí está:
el resplandor inefable de tu Luz.

No temo:
al canto final de las trompetas,
a la ascensión de mi espíritu.

Embriagador destino el mío:
vislumbrar mi devenir eterno.

Mi alma de otras alturas
sempiterna águila.

Distante del hombre
mi calvario por la tierra.

Transfigurado por el divino rayo:
mi arcano de inmortal pájaro.

Como mustias hojas
mis terrenales huellas.

Qué más puedo musitar...
Mi espíritu relumbra
como un relámpago de la eternidad.

Autor: Cesar Vásquez López

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