Ser Maestro

Ser maestro es un arte, una profesión y una vocación.
Un arte porque cada grupo,
cada niño, necesita una variación, un ajuste y una atención personal,
que exige sensibilidad, flexibilidad y originalidad.
Una profesión porque debe saber quienes son los niños y cómo se desarrollan,
y, además, debe saber de escritura, matemáticas, ciencias etc..
Debe conocer muchas estrategias y metodologías
y tener clara su visión de mundo y su rol como maestro.

Pero, más allá de esto,
tiene que tener la vocación necesaria para visualizar
que su trabajo es contribuir a la formación de una persona
que debe enfrentar sus propios retos y aprendizajes,
que llega a la escuela con su alma, corazón, mente y espíritu
dispuesto a ser lo mejor.
De cada maestro depende,
dentro del medio escolar,
cuánto avanza,
y cuándo aprende cada niño en todos los aspectos de su desarrollo:
físico, intelectual y socioemocional.

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