Poemas, relatos y cuentos

Reflexión de amistad de Poldy Bird

Agradezco a mi querida amiga Poldy por su sensibilidad
y su personal y maravillosa manera de contar las cosas
cotidianas.
Te quiero!

El día del amigo

El 20 de julio es el día del amigo. Miro el almanaque
y veo un cuadradito chiquito que encierra un número.
Entonces imagi­no que el cuadradito crece, crece,
se trans­forma en la manzana de la casa
en que vivía cuando era niña, crece un poco más
y se transforma en la plaza por la que mis pasos adolescentes
cruzaban siempre apu­rados por llegar al encuentro…
y crece más, mucho más… y se convierte en el mundo…
el mundo que fui recorriendo a través de los años
y que me dio tantas cosas y me quitó tantas otras…

En el almanaque, el día del amigo ten­dría que ser un círculo infinito
y no un cuadradito.

Porque la amistad no es un encierro li­mitado por cuatro lados,
sino una apertu­ra permanente, un universo que se abre
para que el sentimiento vuele, pájaro lumi­noso,
y para que todo lo que somos y lo que tenemos
se multiplique en un sinfín de espejos milagrosos.

amistad9

Soy tu amiga y te quiero porque una vez me prestaste tu pañuelo
para secar mi llanto y nunca me pediste que te lo de­volviera.

Soy tu amiga y te quiero porque mu­chas veces tendiste
hasta mí tu interés, como un puente invisible,
para que las pa­labras de mi confidencia fueran desde mi voz
hasta tu pensamiento con la confiada desnudez de un jazmín…
y las recogiste cariñosamente, haciendo con ellas un ra­mito
de recuerdos, sin olvidarlas nunca.

Y porque me abriste la puerta de tu corazón sin esconder nada
de lo que tenías dentro de él, y me dejaste tocar la traslú­cida piel
de tu alegría y tu esperanza sin ponerte en guardia,
con esa generosidad temeraria que da la confianza.

Soy tu amiga y te quiero porque com­prendiste
mis temores y mis debilidades.

Porque me permitiste conocer tus temores y tus debilidades.

Porque nada de lo mío te ha resultado jamás indiferente.

Porque no te erigís en juez para juzgar mis actos,
sino que te ponés de mi parte, defendiéndome ante los demás,
aunque a veces no estés de acuerdo con mis convic­ciones
o mi manera de encarar las cosas.

Soy tu amiga y te quiero porque, sin que nadie nos vea,
me has quitado la venda de los ojos y me has hecho ver la realidad.

Porque podemos compartir la palabra “compartir”.

Porque no nos sonrojamos cuando deci­mos que
lo más importante en la vida es el amor.

Porque guardamos boletos capicúa, flor­citas secas
entre las páginas de los libros, porque subrayamos las frases
que nos con­mueven, sabemos de memoria
las letras de algunos boleros, vimos ocho veces
Hiroshi­ma mon amour y lloramos cada vez que pasan
Casablanca por televisión.

Y, fundamentalmente, porque aunque no nos veamos
ni nos hablemos por un tiempo,
estás cuando te necesito y estoy cuando sé que me necesitas.

Poldy Bird
Del libro “Ventanas”

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