Ayuda también con la conversación.
Una buena palabra, una sonrisa de
aliento, un pensamiento constructivo,
muchas veces es el punto de partida
para aquellos que nos rodean.
Si observa tristeza o preocupación,
procura ayudar.
Si no puedes actuar, habla.
Si no puedes hablar, al menos piensa
firmemente deseando la felicidad
y ésta cumplirá su objetivo.
¡Pero ayuda siempre!
Carlos Torres Pastorino
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