Hay que dormir con los ojos abiertos,
hay que soñar con las manos,
soñemos sueños activos de río buscando su cauce,
sueños de sol soñando sus mundos,
hay que soñar en voz alta,
hay que contar hasta que el cuento eche raíces,
tronco, ramas, pájaros, astros,
cantar hasta que el sueño engendre
y brote del costado del dormido
la espiga roja de la resurrección.
Octavio Paz
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