10 mejores poemas de amor

El 14 de febrero es el Día de San Valentín, una de las celebraciones más populares del calendario, porque el amor es el sentimiento más poderoso del mundo. Es día de bombones, flores y poemas. Regalar versos es un detalle perfecto para expresar amor a otra persona.

flores

Te esperaré apoyada en la curva del cielo

Te esperaré apoyada en la curva del cielo
y todas las estrellas abrirán para verte
sus ojos conmovidos.
Te esperaré desnuda.
Seis túnicas de luz resbalando ante ti
deshojarán el ámbar moreno de mis hombros.
Nadie podrá mirarme sin que azote sus párpados
un látigo de niebla.
Sólo tú lograrás ceñir en tus pupilas
mi sien alucinada
y mis manos que ofrecen su cáliz entreabierto
a todo lo inasible.
Te esperaré encendida.
Mi antorcha despejando la noche de tus labios
libertará por fin tu esencia creadora.
¡Ven a fundirte en mí!
El agua de mis besos, ungiéndote, dirá
tu verdadero nombre.

Autora: Ernestina de Champourcin

No estés lejos de mí un sólo día

No estés lejos de mí un sólo día, porque cómo,
porque, no sé decírtelo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.

Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,

porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.

Autor: Pablo Neruda

Orillas del amor

Como una vela sobre el mar
resume ese azulado afán que se levanta
hasta las estrellas futuras,
hecho escala de olas
por donde pies divinos descienden al abismo,
también tu forma misma,
ángel, demonio, sueño de un amor soñado,
resume en mí un afán que en otro tiempo levantaba
hasta las nubes sus olas melancólicas.

Sintiendo todavía los pulsos de ese afán,
yo, el más enamorado,
en las orillas del amor,
sin que una luz me vea
definitivamente muerto o vivo,
contemplo sus olas y quisiera anegarme,
deseando perdidamente
descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma,
hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto.

Autor: Luis Cernuda

Todo momento

Si anidas en mis sentimientos
y anudas mis deseos,
si habitas mis sueños
y vives en mi pensamiento,
ya sabes que te amo,
eres todo presencia y luz.

Autora: Caty Ochoa

La voz a ti debida

Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.

De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.

Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.

Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.

Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.

Autor: Pedro Salinas

Eres mi tesoro

Hoy me quiero ir de este mundo
pero mi amor insiste,
Pregunto dónde está la salida,
y mi corazón no quiere dejarte.
Eres mi gran tesoro
cada moneda es una sonrisa,
un beso o una caricia.
Cuando mi corazón grita,
sentir que tu mirada es mi descanso,
mi paz y mi refugio.
Deseo tenerte en mis brazos
y que nunca te vayas de mi lado.

Autora: Claudia Vivas

Esta noche es tan honda y es tan larga

¡Esta noche es tan honda y es tan larga!
El silencio se torna penetrante
lo mismo que el aroma de las rosas
que entre tus brazos nacen
del abril de tu cuerpo.
En la quietud del aire
respiro entre las sombras
tu aliento y tu mirada. Nadie sabe
que estás aquí y suspiras
con la brisa y las hojas, tibia carne
dormida entre jazmines; que te lleva
esa nube que pasa; que tu talle
se asoma tiernamente a las ventanas
que las estrellas abren,
dormidas, en el cielo.
Nadie te ve ni siente; nadie sabe
que estás aquí en mis labios;
que entre mis manos late
el olor de tu pelo; que tus ojos,
profunda sombra dulce, se entreabren
dentro del pecho mío.
No, amor, nadie lo sabe;
nadie, ni tu, mi amor, sabe que estoy
esperando contigo y a solas que pase
esta noche tan larga;
esperando que acabe
esta noche y despierte
el alba, el día, el aire
¡el alba, el aire, el día entre tus brazos!
¡amor, amor, amor, nadie lo sabe!

Autor: Juan Chabás

Romance

Aquellas cosas profundas
que yo apenas entendía.
Desde que el amor las nombra
me parecen cristalinas.

Aquel tiempo de otro tiempo,
que sin gloria transcurría,
desde que el amor lo empuja
tiene lo que no tenía.

Aquella voz apagada
es una voz encendida
desde que el amor de fuego
su fervor le comunica.

Aquella frente desierta.
Aquella frente perdida.
Está mucho menos sola
desde que el amor la habita.

Aquellos ojos cerrados
están abiertos y miran
desde que el amor les muestra
riquezas desconocidas.

Aquellas manos desnudas
ya no son manos vacías
desde que el amor las llena
Con su propia maravilla.

Aquellos pasos sin rumbo.
Aquellos pasos sin vida.
Ya tienen rumbo seguro
Desde que el amor los guía.

Aquel corazón oscuro
luce una luz infinita
desde que el amor lo alumbra
con su verdadero día.

Aquel pobre entendimiento
tiene una fuerza más limpia
desde que el amor lo inflama.
Desde que el amor lo anima.

Aquella pluma de siempre
vive una vida más viva
desde que el amor la mueve,
desde que el amor la inspira.

Aquel mundo sin objeto
tiene una razón precisa
desde que el amor eterno
lo sustenta y justifica.

Aquella vida de antaño
responde a peso y medida
desde que el amor confunde
su existencia con la mía.

Autor: Francisco Luis Bernárdez

Beso que tu boca entregue

Beso que tu boca entregue
a mis oídos alcanza,
porque las grutas profundas
me devuelven tus palabras.
El polvo de los senderos
guarda el olor de tus plantas
y oteándolas como un ciervo,
te sigo por las montañas…
A la que tú ames, las nubes
la pintan sobre mi casa.
Ve cual ladrón a besarla
de la tierra en las entrañas;
que, cuando el rostro le alces,
hallas mi cara con lágrimas.

Autora: Gabriela Mistral

El amor

El amor, a qué huele? Parece, cuando se ama,
que el mundo entero tiene rumor de primavera.
Las hojas secas tornan y las ramas con nieve,
y él sigue ardiente y joven, oliendo a rosa eterna.

Por todas partes abre guirnaldas invisibles,
todos sus fondos son líricos -risa o pena-,
la mujer a su beso cobra un sentido mágico
que, como en los senderos, sin cesar se renueva…

Vienen al alma música de ideales conciertos,
palabras de una brisa liviana entre arboledas;
se suspira y se llora, y el suspiro y el llanto
dejan como un romántico frescor de madreselvas…

Autor: Juan Ramón Jiménez

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