Reflexión de fortaleza – Secretos para triunfar

Secretos para triunfar

Sé asertivo en todo momento y si te equivocas corrige de inmediato
y cuida de no cometer el mismo error.
Para triunfar es de vital importancia tener una gran claridad mental,
no confundir los problemas personales con los negocios,
no desquitar nuestra neurosis con personas que nada tienen que ver
con nuestros estados nerviosos.
Es fundamental darle su lugar a la gente, respetarla,
y no confundirla o involucrarla con situaciones de las cuales son ajenas.
Vivimos en una sociedad neurotizada por la incertidumbre,
por la falta de tiempo, por la densidad de tráfico,
por problemas contaminantes, etcétera, y es ciertamente fácil dejarnos llevar
por un cúmulo de circunstancias que nos alteran
y corremos el riesgo de pronunciar las palabras inadecuadas
o de realizar acciones verdaderamente absurdas.

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Ser asertivo es tener la capacidad de manifestar nuestras emociones
en forma adecuada sin ofender a los demás, es aprender a externar
nuestros deseos sin vergüenza al “qué dirán”,
es la capacidad de decir sí cuando queremos decir sí
y no cuando deseamos decir no, no vivir de acuerdo con los deseos de los demás,
sino ser fiel consigo mismo y tener la capacidad de manifestarse auténticamente
sin convencionalismos y cuando cometamos un error
buscar de inmediato la solución y si es necesario pedir perdón,
esto nos dará la grandeza de la humildad.
Los líderes que han triunfado aprendieron a reabsorberse a sí mismos, es decir,
cuando experimentan una emoción ya sea positiva o negativa,
se preguntan qué sucedió dentro de ellos y qué les produjo dicha emoción,
esto les permite conocerse mejor a sí mismos y les da mayor autocontrol,
y sobre todo cuando cometen algún error el aprendizaje está garantizado,
pues cuidan minuciosamente esa pequeña chispa que todos los seres
llevamos dentro y que nos indica cuando estamos actuando con justicia,
que se llama “conciencia”, conocimiento interior del bien que debemos hacer
y del mal que debemos evitar; Washington anotaba al respecto:
“Trabaja por guardar viva en tu pecho esa pequeña chispa de fuego celestial
llamada conciencia”. El triunfador se engrandece cuando sabe humildemente
pedir perdón, cuando sin temor a la humillación y al “qué dirán”
se enfrenta a su propio error y busca de inmediato reparar el daño causado.
El zorro difícilmente cae en la misma trampa, asimila el error y se cuida
de no volver a cometerlo, por eso se ha ganado el calificativo de astuto
y de difícil de atrapar, así el triunfador verá en cada equivocación una lección
que le dará mayor sabiduría para el futuro.
Cuando cometemos una equivocación y nos percatamos de ello
no debemos esperar un solo minuto para ponemos en marcha para corregirlo,
estar alerta del impacto de nuestras acciones en los demás nos garantizará
un continuo crecimiento y acrecentará nuestra influencia en los demás.
No hay mayor grandeza para quien es grande que el mostrarse pequeño
cuando comete un error, la credibilidad y la fe de sus seguidores se acrecentará
y el líder tomará dimensiones extraordinarias.
El triunfo más impactante es cuando nos conquistamos a nosotros mismos,
cuando nos podemos enfrentar a nuestra egolatría, envidias
y errores y con decisión nos lanzamos a autovencer la parte negativa
de nuestro ser para que surja la grandeza de nuestras virtudes
y humildemente nos reconozcamos como seres débiles,
y con fortaleza creamos en nuestra propia nobleza
y nos engrandezcamos a través de la humildad
y con alegría nos forjemos sabiéndonos que cada día podemos ser mejores
y que es un camino que nunca terminaremos de recorrer.

Miguel Ángel Cornejo

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