Poemas, relatos y cuentos

Reflexión de vida – La mente

Tu mente es un árbol dador de deseos:
pienses lo que pienses,
tarde o temprano se verá cumplido.
A veces, la brecha es tan grande
que te olvidas por completo que lo deseaste,
de modo que no puedes reconocer la fuente.
Pero si observas profundamente,
hallarás que todos tus pensamientos
te están creando a ti y a tu vida.
Crean tu infierno,
crean tu cielo.
Crean tu desgracia y tu alegría…

Osho

Reflexión de Osho

La tristeza como meditación

La tristeza puede convertirse en una experiencia tremendamente enriquecedora.
Has de trabajarla. Es muy fácil escapar de tu tristeza.

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Todas las relaciones son, generalmente, formas de escapar de ella; procuras evitarla. Y siempre está ahí, oculta… la corriente continúa. Incluso emerge en numerosas ocasiones en tus relaciones. Entonces tratas de arrojar la responsabilidad sobre el otro, pero eso no es lo que ocurre. Es tu tristeza, tu soledad; aún no la conoces, y por tanto una y otra vez emergerá.
Puedes escapar de ella trabajando, puedes escapar de ella estando ocupado, con tus relaciones, con la sociedad, con esto y lo otro, viajando, pero no desaparecerá porque forma parte de tu ser. Todos nacemos solos; estamos en el mundo, pero solos; nacemos a través de nuestros padres, pero estamos solos. Y todos morimos en soledad; salimos de este mundo solos. Y entre esas dos soledades, nos engañamos. Está bien acumular valor y adentrarte en esta soledad. Por muy difícil y duro que resulte al principio, te compensará enormemente. Una vez que la conozcas, una vez que la disfrutes, una vez que la percibas, no como soledad, sino como silencio, una vez que comprendas que no hay escapatoria, te relajarás.

No puedes remediarlo, de modo que, ¿por qué no disfrutar de ella? ¿por qué no entrar en sus profundidades y saborearla, descubrir qué es? ¿Por qué tienes miedo innecesariamente? Está ahí y es una realidad; es existencial, no accidental. ¿Por qué no conocerla? ¿Por qué no entras en ella y descubres qué es?

Siempre que te sientas triste, siéntate en silencio y deja que esa tristeza te invada; no trates de escapar de ella. Siéntete lo más triste que puedas. No la evites. Recuerda esto. Llora al máximo, tírate por el suelo, revuélcate… y deja que desaparezca por sí misma. No la expulses; se irá, porque nada permanece para siempre.

Cuando se vaya, te sentirás descargado, absolutamente aliviado, como si toda fuerza de gravedad hubiera desaparecido y pudieras volar, sin peso alguno. Es el momento de entrar en ti mismo. Primero, ábrete a la trsiteza. Corrientemente, no te abres a ella; buscas sistemas para poder fijarte en otras cosas; vas al restaurante, te reunes con amigos, lees un libro o vas al cine, o tocas la guitarra; haces algo para poder sumirte en ello y distraer tu atención.

Has de recordar esto: cuando te sientas triste, no te pierdas la oportunidad. Cierra las puertas, siéntate y siéntete tan triste como puedas, como si el mundo entero fuera un infierno. Sumérgete en ella, profundiza en ella. Deja que cualquier pensamiento de tristeza te invada, deja que la emoción te agite. Y llora, gime, exprésate… en voz alta… no tienes por qué preocuparte.

En primer lugar, vive esa tristeza durante unos días, y cuando la tristeza desaparezca te sentirás muy calmado, tranquilo, como tras una tormenta. En ese momento siéntate en silencio y disfruta del silencio que está apareciendo en ti. No lo has provocado; te abriste a la tristeza. Cuando la tristeza desaparece, en ese espacio, surge el silencio.

Escúchalo.
Cierra tus ojos. Siéntelo…
percibe su textura…
su fragancia.
Y si te sientes feliz, canta y baila.

Osho

Reflexión de Osho

Comunicación sin palabras con la Existencia

Estás mirando una flor.
Mira la flor, siente su belleza, pero no emplees la palabra belleza,
ni incluso mentalmente.

osho

Contémplala, déjala que sea absorbida en ti, sumérgete profundamente en ella,
pero no emplees palabras. Siente su belleza, pero no digas,
“Es hermosa”; ni incluso mentalmente.
No verbalices y gradualmente serás capaz de sentir
la belleza de la flor sin emplear la palabra. Realmente no es difícil; es natural.

Primero sientes y luego surge la palabra,
pero estamos tan habituados a las palabras que no hay una separación.
El sentimiento aparece,
pero no lo has ni sentido cuando de repente surge una palabra.
Crea pues una separación; siente simplemente la belleza de la flor,
pero no emplees palabras.

Si eres capaz de disociar las palabras de los sentimientos,
podrás disociar los sentimientos de la Existencia.
Deja entonces que allí esté la flor y que tú estés ahí,
como dos presencias, pero no permitas que el sentimiento aparezca.
No sientas ni siquiera que la flor es hermosa.
Deja que la flor este allí y que tú estés allí, en un profundo abrazo,
sin ningún asomo de sentimiento.
Entonces podrás percibir la belleza sin sentirla;
tú serás la belleza de la flor.
No será un sentimiento: tú serás la flor.
Entonces habrás sentido algo de forma existencial.

Cuando puedas hacer esto,
entonces sentirás que todo ha desaparecido:
pensamientos, palabras, sentimientos.
Y entonces podrás sentir existencialmente.

Osho

Reflexión de vida – El silencio II

El Silencio – Segunda reflexión

En alguna ocasión,
cuando el sol se esté poniendo,
siéntate a mirarlo sin pensar en ello -observando, sin evaluar,
sin siquiera decir:
“¡qué bello es!”.
En el momento que dices algo, la mente ya se ha entrometido.

La mente consiste en el lenguaje. No utilices el lenguaje.
¿No puedes simplemente mirar la puesta de sol y su belleza?
¿No puedes sobrecogerte con su belleza?
¿No puedes dejarte poseer por su grandeza?
¿Qué sentido tiene introducir el lenguaje?

Nadie te pide que digas nada.
El sol no comprende tu idioma…
¿Por qué introducirlo?
Déjalo a un lado; quédate en contacto directo, estremecido.
Si las lágrimas invaden tus ojos, bien.
Si empiezas a bailar, bien.
O, simplemente, permanece quieto,
absorto con la belleza del sol…
Habrás ganado algo de experiencia.

Osho

Reflexión de amor – Compasión

Compasión

Buda definió la compasión como “amor más meditación”.
Cuando el amor no es sólo un deseo del otro,
cuando el amor no es sólo una necesidad,
cuando el amor es un compartir,
cuando el amor no es el de un mendigo sino el de un emperador,
cuando el amor no pide algo a cambio sino que da por el placer de dar.
Si al amor le añades la meditación,
su fragancia se libera en toda su pureza,
el esplendor aprisionado se libera; eso es compasión.
Compasión es el fenómeno más elevado.
El sexo es animal, el amor es humano y la compasión es divina.

Osho