Desierto…

Desierto, silencio, soledades, no son lugares,
sino estados del espíritu y del corazón.
Pueden encontrarse desiertos en pleno corazón
de las ciudades y en lo cotidiano de la existencia.
Basta con buscarlos y tomar conciencia
de la enorme necesidad que tenemos de ellos.

desierto

Serán pequeñas soledades, pequeños desiertos,
minúsculas fuentes de silencio, pero,
a poco que estemos dispuestos,
los encontraremos,
y aunque solo disfrutemos de ellos unos momentos,
la experiencia que nos ofrecerán puede ser tan exaltadora
y tan santa como la de todos los desiertos del mundo.
Incluso de aquel donde Dios se retiró.
Pues es Dios quien santifica la soledad,
los desiertos y los silencios.

Catherine de Hueck Doherty

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