Dar en la Vida Diaria

La mejor manera de poner a funcionar la ley del dar
–de iniciar todo el proceso de circulación-
es tomando la decisión de que cada vez
que entremos en contacto con una persona,
le daremos algo.

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No es necesario que sean cosas materiales;
podría ser una flor, un cumplido o una oración.
En realidad, las formas más poderosas de dar
no son materiales. Obsequios como interesarse,
prestar atención, dar afecto, aprecio
y amor son algunos de los más preciados
que se pueden dar, y no cuestan nada.
Cuando nos encontremos con alguien,
enviémosle en silencio un buen deseo
por su felicidad, alegría y bienestar.
Esta forma de generosidad silenciosa
es muy poderosa.

Una de las cosas que me enseñaron cuando era niño,
y que también les he enseñado a mis hijos,
es nunca visitar a alguien sin llevarle algo;
no visitemos nunca a nadie sin llevarle un regalo.
Sin embargo, uno podría preguntarse:
“¿Cómo puedo hacerles regalos a los demás
si ahora ni siquiera tengo suficiente para mí?”
Podemos regalar una flor, una sola flor.
Podemos llevar una nota o una tarjeta
que exprese algo sobre nuestros sentimientos
hacia la persona a quien visitamos.
Podemos llevar un elogio.
Podemos llevar una oración.
Tomemos la decisión de dar
en todo lugar a donde vayamos,
y a quien quiera que veamos.
Mientras estemos dando, estaremos recibiendo.
Cuanto más demos, más confianza tendremos
en los efectos milagrosos de esta ley.
Y a medida que recibamos más,
también aumentará nuestra capacidad de dar.
Nuestra verdadera naturaleza es de prosperidad
y abundancia; somos naturalmente prósperos,
porque la naturaleza satisface
todas las necesidades y deseos.
No nos falta nada, porque nuestra naturaleza esencial
es la potencialidad pura, las posibilidades infinitas.
Por consiguiente, debemos saber que ya somos
intrínsecamente ricos, independiente de cuánto dinero
tengamos, porque la fuente de toda riqueza
es el campo de la potencialidad pura,
es la conciencia que sabe cómo satisfacer
cada necesidad, incluidos la alegría, el amor, la risa,
la paz, la armonía y el conocimiento.
Si vamos en pos de estas cosas primero
–no solamente para nosotros mismos,
sino para los demás-, todo el resto
nos llegará espontáneamente.

Cómo Aplicar la Ley del Dar

Pondré a funcionar la ley del dar comprometiéndome
a hacer lo siguiente:

1. Llevaré un regalo a cualquier lugar a donde vaya
y para cualquier persona con quien me encuentre.
Ese regalo puede ser un elogio, una flor o una oración.
Hoy les daré algo a todas las personas
con quienes me encuentre, para iniciar así el proceso
de poner en circulación la alegría, la riqueza
y la prosperidad en mi vida y en la de los demás.

2. Hoy recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé.
Recibiré los obsequios de la naturaleza:
la luz del sol y el canto de los pájaros,
los aguaceros de primavera o las primeras nevadas del invierno.
También estaré abierto a recibir de los demás,
ya sea un regalo material, un elogio o una oración.

3. Me comprometeré a mantener en circulación la abundancia,
dando y recibiendo los dones más preciados de la vida:
cariño, afecto, aprecio y amor.
Cada vez que me encuentre con alguien,
le desearé en silencio felicidad, alegría y bienestar.

Deepak Chopra
de Las Siete Leyes Espirituales del Éxito

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